¡Hola! 

La historia de Luci

Luci siempre había sido de las que “corrían de aquí para allá” sin parar un momento. Corría para llegar a tiempo, para cumplir, para que nadie notara su cansancio, para que todo estuviera hecho.
Su agenda estaba llena, pero su alma, cada vez más vacía.

Una tarde cualquiera, mientras buscaba unas llaves que no encontraba, cruzó su mirada con la de su reflejo en el espejo… y no se reconoció. 
Vio una mujer seria, con los ojos cansados, que la observaba en silencio. Y por primera vez en mucho tiempo, Luci se detuvo.

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Se sentó en el borde de la cama, respiró profundo y pensó: “¿En qué momento me perdí?”

Buscó entre recuerdos, entre decisiones tomadas por miedo, entre sueños que fue dejando “para después”.

Recordó a aquella Luci que reía sin motivo, la que se emocionaba con las canciones, la que decía “sí” a lo que le hacía bien y “no” a lo que no quería.

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Esa Luci seguía ahí, dormida debajo de las capas del deber, del cuidado de otros, del “tengo que”.

Al día siguiente, hizo algo pequeño: salió a caminar sin auriculares.

El viento le despeinó el cabello, oyó cantar a los pájaros y por unos segundos, sintió algo que no recordaba: vivir el presente. Desde entonces, comenzó a hablar consigo misma con más ternura.

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Cuando su mente le decía “no puedes”, ella respondía “voy a intentarlo igual”.
Cuando se equivocaba, ya no le daba vuelta en su cabeza, se abrazaba por dentro y se perdonaba.
No cambió todo, ni dejó todo para irse al otro lado del mundo.

Sólo se reencontró.

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Se reencontró con su voz, con su calma, con su alegría silenciosa.

Y entendió algo que nadie le había dicho:

No hay que ir muy lejos para encontrarse. 
Sólo hay que dejar de huir de uno mismo.

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En ese proceso de reencuentro cuando Luci, o mejor dicho... yo misma, comprendí algo profundo: ese despertar no sería sólo mío.

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He escuchado cientos de historias, he sostenido muchas manos y he visto de cerca lo fácil que es perderse en los roles, en las exigencias, en el ruido del mundo.

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Pero un día me di cuenta de que el mayor viaje que podemos hacer no tiene pasaporte ni destino en el mapa…

Es el viaje de regreso a uno mismo.

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De esa certeza, de ese llamado del alma, nació mi gran proyecto de vida: Reencuéntra-T.

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Es un taller que nació desde la ilusión de ayudar, en un aula de Alicante con veinte o veinticinco personas, pero que poco a poco fue creciendo hasta convertirse en lo que es hoy en día.

Hoy puedo decir con orgullo que, gracias al apoyo de mi exalumnos, a mi equipo y al amor de mi familia, nuestro programa es pionero en este servicio y está siendo un verdadero éxito.

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Nuestro deseo es llegar a todos los rincones del planeta, allí donde haya personas que, como yo, un día se miraron al espejo y sintieron que ya era hora de volver a casa.

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Te presentamos un  taller completo, que cuenta con una plataforma online, ejercicios, explicaciones prácticas  y acompañamiento en vivo de Masterclass. El material estará disponible para que cada uno, a su ritmo, pueda trabajar las herramientas desde el compromiso y la dedicación que por el sólo hecho de tener el regalo la vida, merece la pena comprometerse a hacer todo lo posible por ser feliz.​

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Porque reencontrarte no se trata de convertirte en alguien nuevo, sino de abrazar con ternura a la persona que

siempre fuiste, esa que aún espera dentro de ti, lista para ser experimentada, lista para vivir desde tu esencia más verdadera.